Las metas, los valores y el compromiso en el deporte

mujer con los brazos levantados simulando victoria con el fondo de un atardecer

Las metas, los valores y el compromiso en el deporte

En el deporte, quizá más que en cualquier otro contexto, actuamos constantemente movidos por metas, por objetivos. Es por esto por lo que se insiste tanto en programarlas bien: que sean claras, especificas, realistas, que tengan que ver con el rendimiento del deportista y no tanto con el resultado, que tengan un plazo de tiempo…

Las metas se ponen para que sean cumplidas, con esfuerzo, pero cumplidas. Cuando esto sucede, nuestro estado de ánimo y nuestra confianza son de lo más positivos. ¡Perfecto! Lo que viene después es establecer otra meta, y luego otra, y otra….

Pero en el deporte nos enfrentamos constantemente al fracaso y a la frustración, unas veces porque nuestro rendimiento no es el deseado, otras porque los resultados no acompañan. Y, ¿entonces qué? Las metas siguen estando ahí, pero a veces parecen tan lejanas que aparece el desánimo, la rabia, la ira, la evitación, el abandono… Y esos ingredientes no son los mejores para lograr el éxito deseado.

En esos momentos, sobre todo, ¿cuál es el ingrediente necesario en nuestra motivación? ¿Qué puede ayudarnos a no cesar en nuestro esfuerzo, a levantarnos tras cada derrota, a mantener nuestra confianza y estado de ánimo intactos…? Pues, nuestros valores deportivos.

Y ¿esto qué es? Pues lo que es realmente importante para nosotros, lo que queremos que nos defina como deportistas. Esto implica mirar más lejos, mirar más allá de lo tangible y, a veces, inmediato de las metas. Y es por esto, quizá, por lo que no se ha hecho tanto hincapié en el deporte. Muchas veces ni siquiera nos hemos planteado qué es lo realmente importante para nosotros. Y cuando lo hacemos, cuando nos preguntamos cómo es ese deportista que quiero ser, o cómo nos gustaría que nos recordaran cuando acabe nuestra carrera deportiva… entonces resulta que las respuestas que surgen no tienen que ver con tiempos, marcas, puntos, partidos, ligas…. Tienen que ver con el carácter, con la actitud, con cualidades humanas, con la perseverancia, la resiliencia, la tolerancia, el esfuerzo, el compañerismo…

A diferencia de las metas, los valores no requieren cumplimiento, requieren compromiso; compromiso, independientemente del resultado; compromiso, independientemente de las circunstancias; ¡compromiso! Y es, precisamente, el compromiso con esos valores lo que nos lleva a darlo todo, a intentar ser cada día un poco mejor de lo que fuimos ayer, a levantarnos cuando nos caemos, a no abandonar, a aprender de los errores, a ser buen compañero, buen rival… Y ¡ese es el camino del éxito!

Actuar movidos por metas está bien y es necesario en el deporte. Pero, además, actuar movidos por nuestros valores es nuestra tabla de salvación en los momentos duros, es la luz que nos guía cuando el camino está oscuro…

Así pues, desde aquí os invito a tener vuestros valores deportivos, al igual que vuestras metas, presentes cada día, cada entrenamiento, cada competición.

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