El papel de los padres en el desarrollo de la autoconfianza y la atención

El papel de los padres en el desarrollo de la autoconfianza y la atención

Los padres de jóvenes deportistas, a menudo, son testigos de la ansiedad de sus hijos previa a la competición, de su miedo al fracaso, de su frustración cuando no consiguen los resultados esperados… en definitiva de emociones negativas que quisieran poder evitarles.

En estas líneas quisiera destacar la influencia que tienen para enseñar a sus hijos: 

  • a pensar de una forma que no desencadene emociones tan negativas y 
  • a dirigir su atención a aquello sobre lo que pueden intervenir. 

Las dificultades y el fracaso son inherentes al propio deporte, y también a la vida, y lamentablemente los padres no van a poder evitarlas para sus hijos. Pero pueden hacer algo muy valioso, y es enseñarles recursos para convertir las dificultades en retos y no en amenazas, para aceptar el fracaso y seguir adelante… Esos recursos son fundamentalmente dos: Autoconfianza y Atención.

Autoconfianza: Se dice que la autoconfianza es un determinante del éxito. Y así es, pero no porque la autoconfianza tenga un efecto mágico, sino porque la falta de confianza tiene un efecto devastador. Por tanto, será importante transmitirles la idea de que en cualquier circunstancia esos jóvenes deportistas tienen la capacidad, o el poder, de elegir hacer algo para mejorar su situación. 

Atención: La atención es el mecanismo que introduce el contenido en nuestra mente. Y el contenido que nos ayuda a rendir al máximo tiene que ver con la información relevante para poder actuar en el momento presente. 

Pero ¿cómo les transmitimos estos recursos? Aquí van unos consejos a tener en cuenta en el día a día, y no solo en las situaciones deportivas:

1º Confiar en ellos, transmitirles expectativas positivas, cuidar nuestro lenguaje. Que a partir de nuestras acciones y de nuestras palabras nuestros hijos puedan llegar a la conclusión de que sus padres saben que siempre puede mejorar. Pero eso sí, cuidado con transmitirles expectativas poco realistas, o muy a largo plazo, porque podrían generar más presión que confianza.

2º Control. Transmitirles que, en cada momento, tienen cierto grado de control, es decir, que tienen el poder de elegir hacer algo para mejorar cualquier situación. Por tanto, se trata de hacer que, en cada circunstancia deportiva, o de su vida, se pregunten qué pueden hacer para ir a mejor y lleguen a una respuesta.

3º Orientarlos a la búsqueda del éxito, no a evitar el fracaso. Porque la emoción asociada al ir a por todas es una emoción positiva. Sin embargo, la emoción asociada a evitar el fracaso es de miedo a fallar, y esa es una emoción negativa, con todas sus terribles consecuencias. Esto se lo podemos enseñar, desde bien pequeños, en cualquier circunstancia de la vida. Enseñándoles a ser prudentes, pero no a tener miedo. Enseñándoles que si fracasan habrán aprendido…

Ayudarles a interpretar los fracasos. Los errores o los fracasos son muy valiosos porque contienen la información que nos permite mejorar. Si las cosas nos salen mal y simplemente nos disgustamos, nos estamos perdiendo la oportunidad de aprender. Pero si les enseñamos a aprovechar esa información les estaremos enseñando que a partir del error podemos seguir mejorando.

5º Presente. Ayudarles a dirigir la atención al momento presente, a lo único sobre lo que pueden intervenir, con aceptación, sin juicio, con la intención de darse a si mismos el apoyo necesario para seguir adelante. 

6º Autocompasión. Y, por último, enseñarles a quererse, a hablarse bien, a ser autocompasivos. En general, se nos enseña a ser buenos con los demás, pero no con nosotros mismos. Y al final terminamos hablándonos y tratándonos como no lo haríamos con nadie. La autocompasión tiene que ver con darnos el apoyo y la comprensión que necesitamos para no rendirnos, para afrontar, para ir a mejor, para seguir esforzándonos, para no derrumbarnos, para actuar… 

Espero que os haya resultado de utilidad y que aprovechéis cada oportunidad que os brinda el deporte, y la vida en general, para transmitir a vuestros hijos que son dignos de confianza respecto a cualquier cosa que se propongan y que todo lo que pueden hacer se encuentra en este preciso momento, el momento presente.

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